Entrevista: Aide de Lourdes Simental Oceguera

Coordinadora Operativa en Tecnología y Servicios en Inocuidad Alimentaria.

Originaria de Escuinapa, Sinalo, Oceanóloga egresada de la Universidad de baja California y con Doctorado en Ciencias Biológicas, la Dra. Simental ha participado en diversos proyectos a nivel nacional e internacional relacionados con inocuidad de los alimentos, lo que le ha permitido convertirse en una de los pocos mexicanos que han trabajado directamente con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.

  1. ¿Podría platicarnos un poco de su experiencia profesional?

Al iniciar mi tesis en el Instituto de Investigaciones Oceonológicas empecé a trabajar en un laboratorio de microbiología donde realizaba análisis a moluscos de exportación, y sin planearlo ya estaba trabajando con inocuidad. Posteriormente estuve trabajando para la Cofepris en el Programa Mexicano de Moluscos Bivalvos, fue la primera vez que tuve contacto con la FDA.

Un año y medio después postulé para el doctorado en la Universidad de Compostela, en España, y durante mi estadía allá tuve oportunidad de trabajar en un laboratorio de biotecnología y tiempo después en un proyecto de rastreo de contaminación marina. Al regresar a México tuve la oportunidad de ser parte del proceso de certificación del laboratorio de moluscos del Instituto de Oceanología ante la FDA.

Al llegar a Culiacán trabaje en Laboratorio Estatal de Salud Pública, después de un tiempo como jefa en el área de Epidemiología Humana; en ese lapso se vinculo a los productores sinaloenses de tomate con un brote de salmonella en Estados Unidos y me solicitaron apoyo para solucionar el problema ante la FDA.  Posterior a ello, se presentó un proyecto para crear el Centro de Investigación Epidemiológica de Sinaloa y estuvimos trabajando muy fuerte con la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES); la Coordinación Estatal de Inocuidad Hidroagrícola, Pecuaria, Acuícola y Pesquera (CEIHAPAP); con el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y otras instituciones.

Un año después me incorporo al Comité Estatal de Sanidad Vegetal del Estado de Sinaloa (CESAVESIN) como Coordinadora de Inocuidad Agroalimentaria, fue ahí donde tuve el primer contacto con Eleven Rivers. Fue también durante este tiempo cuando presente el proyecto para crear lo que es el Laboratorio Regional de Inocuidad Alimentaria (LARIA).

Siempre llega un momento en que se cumplen ciclos y metas: hoy en día soy Coordinadora Operativa en Tecnología y Servicios en Inocuidad Alimentaria (TECSIA).

2. ¿Cuándo y con qué objetivo se crea TECSIA?

TECSIA nace el 13 de marzo del 2013 exactamente. Un grupo de personas quisieron emprender un negocio y me invitaron a formar parte del proceso de desarrollo.

El primer caso de éxito de TECSIA fue precisamente al asesorar a los productores que se les vinculo con el brote de contaminación en mango y después se empezó a trabajar con Eleven Rivers donde participamos como organismo asesor independiente.

Entonces básicamente TECSIA es un negocio en el que un grupo de personas quiere brindar un servicio de la manera que considera más adecuada, eso es TECSIA.

3. Por otra parte, ¿cuáles considera que son los principales factores que permiten a las empresas agrícolas mantenerse en el mercado internacional?

En primer lugar, está la calidad, seguido de este la inocuidad y en tercer lugar la demanda. Sin embargo, si la calidad no viene con inocuidad, por muy bonitos que vengan los tomates o chiles, no vale de nada. Calidad e inocuidad van de la mano.

4. ¿Considera que es acertada la política de gobierno de intervenir en procesos de certificación en la inocuidad?

Claro que sí, es necesario que alguien regule y diga ‘aquí estoy y esto es lo que debes hacer’. Pero considero que esto es un trabajo muy corrompible, que si las cosas se hicieran como se muestran en la ley otra cosa fuera. El problema es que ya nadie cree en el país ni en las leyes, ese es el verdadero problema.

Por otro lado, estamos muy pendientes de los productos que exportamos a Estados Unidos ¿y qué comemos nosotros, quién lo regula?. Hay que producir alimentos sanos para el mercado mexicano también, porque si no se convierte en un círculo vicioso.

5. ¿ Cuáles considera que son los factores por los que la FDA establece una regulación en alimentos?

Supongo que el FDA está preocupada por la salud de su población. En realidad siempre ha estado preocupada pero antes más que nada regulaba lo que era la cuestión de medicamentos hasta que llegó un momento en que pensaron ‘¿por qué sigue la gente enfermándose?’ y entonces pusieron atención a la producción de los alimentos.

Hoy en día se realizan análisis hasta del agua porque empezaron a darse cuenta que es necesario atacar todas aquellas fuentes principales que causan las enfermedades de los ciudadanos. Es así como deciden crear una serie de leyes para regular a los productores de alimentos.

Sin embargo, la FDA solo tiene capacidad de monitorear el 1% de las importaciones de su país, porque, aunque México es uno de los principales países que exporta a Estados Unidos no somos los únicos, es por eso que se elaboro la Ley de Modernización de Seguridad Alimentaria (FSMA), la cual es una ley que permitirá disminuir la cuestión de revisiones y sobre todo atacar el aumento de las Enfermedades de Transmisión por Alimentos (ETA’s).

6. ¿Cómo pueden los agricultores sinaloenses adaptarse a esta nueva ley de la FDA?

Yo creo que aplicando un sistema de inocuidad adecuado a la empresa es más que suficiente para poder cumplir con lo que es FSMA y poder seguir presente en el mercado. La inocuidad juega un papel importantísimo en esta ley y no nada más eso, ahora todas las personas involucradas en la cadena de producción son responsables, aquí estamos hablando de productores, compradores, transportistas, asesores; esa es una parte fundamental del FSMA.

FSMA no te va a pedir que lo implementes de un día a otro, va por etapas. El problema es que sabemos que viene el ‘lobo’ y todos decimos ‘ahí viene el lobo, ahí viene el lobo, ahí viene el lobo’, y cuando menos lo esperas el lobo ya está aquí. Quizá  muchos pueden decir que las leyes aquí no importan, pero allá no es así y el comprador es quien a final de cuentas manda porque lo que a nosotros nos interesa es vender.

7. ¿Podría explicar cuáles son las principales áreas de oportunidad para las empresas agrícola en relación a la inocuidad?

Primordialmente hay que cambiar la cultura; y que realmente este cambio de cultura se aplique: si un esquema de certificación te pide a un encargado de inocuidad pues hay que hacerlo experto. Y hay que aterrizar esa nueva cultura a lo que es la empresa, tenerle ese amor a la empresa y poder decir ‘yo estoy produciendo lo más sano posible, yo voy a hacer las cosas correctamente y lo que está mal voy cambiarlo’, y si estás bien pues seguir en esa línea.

Tenemos empresas con sus reconocimientos año con año y que nunca se han visto inmiscuidas en brotes de contaminación, pero tenemos el otro lado del espejo, esas empresas a las que se les hace fácil exportar por el precio y yo entiendo, porque a final de cuentas es un negocio, pero hay que ser conscientes y dejar de ver a la inocuidad como un requisito y empezar a reconocer su verdadera importancia.

8. ¿Algo que desee agregar?

Estamos muy contentos de trabajar con CAADES, con Eleven Rivers, el cual es un proyecto con el que hemos estado involucrados desde sus inicios. Nos gusta mucho el que sea una etiqueta con denominación de origen y creo que a futuro eso va a generar preferencia de mercado, entonces yo creo que es muy acertada la propuesta de los productores de Sinaloa.