Entrevista: Alfredo Díaz Belmontes Director de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida

En esta ocasión entrevistamos a Alfredo Díaz Belmontes, Ingeniero agrónomo originario de Guamúchil, Sinaloa, egresado del Tecnológico de Monterrey, campus Monterrey y con maestría enfocada en economía agrícola de la Universidad de California, Davis.

La combinación de su amor por la agricultura y su interés en las ciencias sociales guiaron a Alfredo Díaz por un sendero lleno de aprendizaje y nuevas experiencias, permitiéndole llegar el día de hoy a la Dirección de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida AC, refrescando el esquema de dicho organismo y buscando siempre el beneficio de cada uno de sus miembros.

  1. ¿Podría contarnos un poco de su experiencia profesional?

Yo formo parte de una familia de productores agrícolas por lo que desde que tengo uso de razón recuerdo que me iba al campo; para mí no fue problema el decidir qué estudiar. Cuando estaba en la universidad, me venía a Sinaloa en los veranos y trabajaba en el campo de mi familia pagando a todas aquellas personas que trabajaban en la pizca de algodón.

Al terminar mi carrera y estudiar mi posgrado, regresé a México en búsqueda de trabajo. En ese entonces sentía mucha inquietud por el sector público y conseguí un trabajo en una paraestatal que en aquel entonces se llamaba Servicios Ejidales (SERSE), donde coordinaba a un pequeño grupo interdisciplinario de profesionales y evaluábamos proyectos agroindustriales.

Posterior a esto me ofrecieron un trabajo en la administración central de Gobierno Federal, en la Secretaría de Programación y Presupuesto, antecesora de Sedesol, con residencia en Baja California. Allá me fue muy bien, profesionalmente hablando: participé junto con un grupo de profesionales y escribíamos para el periódico local, realizábamos diferentes trabajos de investigación, inicié con mi carrera en la docencia, entre otras cosas. Después, en Baja California, me incorporé al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS), organismo que tiene el Gobierno Federal para atender las necesidades del sector. Para mí este trabajo fue una excelente escuela ya que el proceso crediticio es tan extenso que uno tiene que jugar el papel de ingeniero, financiero, diputado, etc.

Cuando salí de BANOBRAS decidí dedicarme por un tiempo al negocio familiar, e incluso, incursioné en varios proyectos junto a otros socios y comencé a dar clases en el Tec de Monterrey campus Culiacán, etc. En el año 2010 regresé al sector público como Director Regional del Noroeste de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (ASERCA); fue una experiencia intensa, debido a los constantes viajes entre Sonora, Baja California y Sinaloa. Posteriormente, en 2012 me invitaron a dirigir la delegación de la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) aquí en Sinaloa.

En 2013 me incorporé a la AMHPAC, atendiendo a su vez el negocio personal y en paralelo a todo esto, continuo dando clases, ya que considero que uno aprende mucho de sus estudiantes.

2. ¿Con qué objetivo se crea la AMHPAC?

Un grupo visionario de horticultores, liderados mayormente por César Campaña, tuvieron la idea de retomar lo que era la Asociación Mexicana de Productores de Invernadero (AMPI), con el propósito de estar agremiados para tratar, como objetivo principal, de ofrecerle a sus miembros beneficios que permitieran mejorar su actividad empresarial.

Siendo un organismo relativamente joven, con 8 años, creció de manera exponencial durante los primeros años, tanto en número de socios como en número de hectáreas de producción bajo esquemas protegidos, y actualmente contamos con más de 200 socios en 24 estados de México.

Al ser Sinaloa un icono de la horticultura mexicana, se tomó la decisión de que la sede fuera  en Culiacán, y desde aquí administramos a todos nuestros afiliados, quienes pueden incorporarse bajo diferentes esquemas: productores hortícolas que producen de manera protegida (mallasobra, invernadero, etc.); como patrocinadores todos aquellos oferentes de bienes y servicios para el sector hortícola; y por último, tenemos la figura de firmante, que se creó con el objetivo de brindarle a los productores de tomate, que sin ser socios de la AMHPAC, se adhieren al acuerdo de suspensión de dumping.

En lo personal creo que todos necesitamos a alguien que nos represente, ante lo bueno y lo malo. Por ejemplo, en el caso del dumping, un solo productor no hubiera podido defenderse ante la acusación que se hizo a los  mexicanos, pero agremiados la defensa es mucho más solida.

3. ¿Cuáles son algunos beneficios de la horticultura protegida?

Como su nombre lo indica, esta práctica consiste en proteger los cultivos con algo, desde mallasombras hasta equipos muy sofisticados y de alta tecnología; y, aunque “Sinaloa es un invernadero natural” y contamos con un clima privilegiado durante nuestra temporada hortícola, cuestiones como el cambio climático nos han hecho migrar al uso de este tipo de sistemas.

Entonces, en primera instancia protegemos contra el clima, pero también contra plagas, enfermedades y todos aquellos factores que puedan afectar nuestro cultivo. Al hacer esto, podemos, incluso, tener un uso más eficiente del agua, obtener un rendimiento 5 veces mayor que en campo abierto, aumentar la producción y, sobre todo, la calidad del producto es mucho mayor. Por todo lo mencionado, la producción en esquemas protegido creció de manera exponencial y seguirá creciendo, ya que la tendencia anual es de 1,200 hectáreas por año.

4. Siendo la AMHPAC un organismo a nivel nacional, ¿cuál considera que es la percepción que se tiene de Sinaloa en el resto del país?

Sinaloa es el estado agrícola del país más importante, sin lugar a dudas, y los números lo indican. De las 9,000 hectáreas protegidas que se tienen registradas en la AMHPAC, un poco más de 4,500 hectáreas son de Sinaloa.

Seguimos siendo punta de lanza en producción, en calidad, en avance tecnológico; somos excelentes productores y lo seguiremos siendo pero, de manera personal, considero que es momento de agregarle valor a nuestro producto.

5. Debido a su experiencia en el sector ¿cómo percibe la evolución en el uso de tecnología en la agricultura mexicana?

La tecnología ha evolucionado muy rápido y, como lo mencione anteriormente, el uso de sistemas protegidos aumenta en promedio 1,200 hectáreas por año. Diferentes sistemas sofisticados de alta tecnología se desarrollan de manera constante y tenemos que estar muy atentos, y sobre todo, adoptar estos avances porque nos podemos quedar rezagados de manera muy fácil.

El sector agrícola es muy diverso en regiones geográficas, climas, idiosincrasias, etc. Tenemos un norte del país que está más desarrollado en muchos sentidos, un centro del país muy variado y una zona sur más rezagada.

Y dentro de este sector tenemos la actividad hortícola, que podemos considerar como la élite dentro de la agricultura, y dentro de este tenemos la horticultura protegida que está aún más tecnificada, y la mayoría de los productores están a favor de la adopción de tecnología, eso lo puedo asegurar porque es algo que veo y vivo todos los días.

6. ¿Podría platicarnos un poco sobre los proyectos en los que está trabajando la AMHPAC?

Yo le comento a mi equipo que siempre es necesario realizar una autoevaluación y oxigenar lo que estamos haciendo; es lo que hicimos con AMHPAC, y como resultado determinamos 5 pilares que nos han servido de guía en los últimos años: planeación, innovación tecnológica, valor agregado, diversificación de cultivos y nuevos mercados. A eso le llamamos “concepto AMHPAC”.

Primero que nada, considero que es necesario planear para obtener mejores resultados, todo en función de lo que los mercados demandan y no al revés. Para poder planear necesitamos información y en AMHPAC nos dimos a la tarea de construir una plataforma que contenga todo lo que los productores necesitan saber: qué se está vendiendo, a cuánto, qué características solicitan, etc. Sé que suena utópico, pero lo estamos intentando. Hasta el momento hemos finalizado la primera etapa, que hemos llamado “plataforma de contenido”, y la hemos lanzado de manera temporal al público en general, la pueden encontrar en nuestra página oficial www.amhpac.org; además estamos trabajando en un App para smartphones el cuál tenemos intención de lanzar durante el congreso.

Por otra parte, hablamos de la innovación tecnológica y para apoyar a nuestros afiliados en este aspecto hemos tejido alianza con dos organizaciones importantes: el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y el Tecnológico de Monterrey, por parte del PEIS. Hace poco nos acercamos a Proméxico y le solicitamos un análisis de nuevos mercados, finalmente nos entregaron resultados en los cuáles se muestran 6 países, mayormente europeos y Rusia, con demanda insatisfecha para hortalizas. Por ejemplo, el estudio arrojó que hay una demanda para tomate fresco de 100 millones de dólares en estos países, pero se iba a 350 millones de dólares en pasta de tomate, conclusión: hay que hacer pasta de tomate. Nosotros como AMHPAC vamos a apoyar en todo lo relacionado con la realización de planes de negocio y el CIAD, por su parte, se comprometió a apoyarnos en la parte técnica.

Agregado a todo esto, contamos con un programa de capacitación que estamos impartiendo a lo largo del año, en diferentes puntos del país. Al hablar con nuestros patrocinadores, propusimos la idea de hacer foros regionales de capacitación, en conjunto con ellos, y así permitir que todos los involucrados se beneficien con esta iniciativa.

Trabajando en todos estos pilares, queremos hacerle entender a nuestros socios que es necesario planear de acuerdo a la información que tenemos, agregarle valor a lo que ya hacemos y no encasillarnos en un solo cultivo o en un solo mercado, debemos de recordar que la globalización ha permitido que la competencia sea cada vez más fuerte. Por nuestra parte seguiremos trabajando para darles las herramientas necesarias a cada uno de nuestros miembros para que sus actividades sigan siendo beneficiosas.

7. ¿Qué nos espera en el Congreso de la AMHPAC 2015?

De manera personal me encuentro muy entusiasmado. Hace dos años modificamos el modelo del congreso, que se realizaba de manera constante en Guadalajara, y lo trasladamos por primera vez a Puerto Vallarta, y contra todos los pronósticos nos fue bastante bien; un año después lo llevamos a cabo en Los Cabos, y nuevamente nos fue de maravilla. Este año, como resultado de las encuestas hechas a los participantes, hemos decidido volver a Puerto Vallarta.

Yo soy de la idea de que los esquemas tienen que refrescarse, y con esto en mente hemos calendarizado conferencias simultaneas, armando un programa muy atractivo que traerá como resultado mucho aprendizaje, debido a la calidad de los ponentes y los temas que se tendrán, por ejemplo: un panel sobre orgánicos con la opinión de productores, comercializadores, proveedores de semilla; un panel de responsabilidad social, un tema que nos corresponde a todos; un panel sobre seguros; además de muchas más conferencias técnicas y empresariales que de igual manera son muy interesantes.

Esto lo complementaremos con mesas de negocio entre productores y compradores de Estados Unidos y Canadá así como mesas de trabajo entre productores y bancos mexicanos, quienes desde hace algún tiempo tienen una buena relación con la AMHPAC y han mostrado interés en tocar temas crediticios con nuestros socios.

Adicional a todo esto contaremos con actividades recreativas: el primer día tenemos una cena retro y el segundo día tenemos una cena en un barco pirata. Por último se llevará a cabo la celebración de la asamblea anual de nuestro consejo, donde rinde informe el presidente, se toman diferentes decisiones y hay elección de nuevo consejo.

La idea, al final de cuentas, es que todos vayamos dentro de un ambiente relajado a aprender mucho y, sobre todo, a hacer negocios y alcanzar esa integración que siempre buscamos en la AMHPAC, porque todos somos un gremio y debemos consolidarlo.