Entrevista: Obed Fuentes Martínez Gerente de Colados Culiacán y ex-jornalero de Agrícola Belher

Arquitecto de profesión y una persona que demuestra que con tenacidad podemos alcanzar cada una de nuestras metas.

Originario de Salinas Cruz, Oaxaca, Obed migró a Culiacán hace 24 años llegando junto con su familia a Agrícola Belher, donde sus padres encontraron oportunidad de empleo.

Hoy Obed nos comparte cuales fueron los principales retos a los que se enfrentó, sus miedos y los logros que ha obtenido durante su estancia en Sinaloa.

  1. ¿Cuál fue el motivo por el que tu familia migró a Sinaloa?

La falta de trabajo en Oaxaca. Mi papá era albañil y se volvió un trabajo muy pesado para él. Un día escuchó sobre la gente que venía a trabajar a los campos de Sinaloa.

  1. ¿Qué es lo que hacía tu papá en el campo?

Mi papá inicialmente era jefe de cuadrilla, posteriormente estuvo tres o cuatro años como mayordomo. Después la persona que nos trajo, el contratista, lo acomodó en el almacén donde trabajó gran parte del tiempo. Actualmente es el portero de la oficina de Agrícola Belher; a pesar de su edad no se rinde.

  1. ¿Tu mamá también trabajó en el campo?

No, mi mamá nunca fue persona de campo. Ella es muy luchona y siempre buscó otras maneras de apoyar a la familia: cocinaba para asistir a otros trabajadores, preparaba y vendía pasteles, vendía diferentes cosas.

  1. ¿Qué tipo de trabajo realizaste en el campo?

Pasé por cada uno de los trabajos del campo: siembra de tomate, plantación, corte, fumigación, empaque e incluso participé en un programa de inocuidad de la empresa y también trabajé en la tienda de DICONSA (Distribuidoras Conasupo).

  1. ¿Dónde estudiaste?

Yo llegué al albergue del campo Lo de Beltrán y estudié quinto de primaria en la escuela de ahí mismo. Después me regresé a Oaxaca donde terminé la primaria. Mis papas se regresaron y yo me quedé dos años más estudiando allá. Cuando regresé, terminé la secundaria en Villa Ángel Flores, La Palma.

Para estudiar la preparatoria la Lic. Dora Ochoa (Gerente de Recursos Humanos de Agrícola Belher) me apoyo. Ella me llevó a presentar el examen para inscribirme en la preparatoria Central de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), pero como yo siempre tuve la inquietud por la construcción, quizá porque mi papá era albañil, también hice el examen en el Centro de Estudios Tecnológicos, Industrial y de Servicios (CETIS) porque tenía una carrera de técnico en construcción y fue ahí donde estudie.

Posteriormente me inscribí en la carrera de arquitectura en la UAS.

  1. ¿Cómo le hacías para solventar los gastos de tus estudios?

Trabajaba. Cuando vivía en el campo trabajaba por las tardes en la tienda y en la tortillería del albergue de Agrícola Belher. Después encontré a unos familiares en Culiacán y pude rentar una casita, fue entonces cuando empecé a trabajar de cajero en supermercados y de mesero en salones de fiesta; pero tenía dificultades con el horario.

Después la Sra. Dora Ochoa me contrato para trabajar en el empaque. Ella siempre me apoyó para que el horario se me acomodara y tuviera la oportunidad de seguir estudiando.

A veces salía a las 12 o 1 am, descansaba un rato, me levantaba y tomaba camión para ir a Culiacán a la universidad de 7 am a 12 pm.

Regrese al empaque cuando se llevó a cabo el proyecto de inocuidad, cuando empezó todo el auge sobre este tema, y me tocó participar en el primer manual de usuario del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA). Me encargue de hacer estudios e implementarlo en el campo.

Mientras vivía en el campo, pude comprarme una computadora y un estirador con ayuda de mi papá. Doña Dora me asigno un cuarto del albergue para mí solo y lo acondicioné; lo cual era muy complicado porque las viviendas son para los trabajadores.

Hubo algunos momentos en los que mi situación económica me reprimía. Sobre todo en la carrera porque aunque arquitectura no es una carrera cara, le gente cada vez compra materiales más costosos; entonces si no estás a ese nivel es complicado emparejarte.

Gracias a Dios siempre tuve el apoyo de mis padres, moral y económicamente.

  1. ¿Tus papas siguen viviendo en el campo?

Mi mamá era recia a salirse del campo, para ella el campo era como una burbuja en la que conocía a todos. Con esfuerzo mi papá logró comprar un terreno en La Palma y cuando yo salí de la universidad empecé a arreglarlo.

Mi mamá tenía la idea de que los gastos iban a aumentar, pero la comodidad de estar en tu casa no se compara. A final de cuentas cuando vives en el campo nada es tuyo, es un lugar muy pequeño y no puedes comprar tus cosas.

Hace poco yo compre el terreno de al lado y he ido arreglando mi casa poco a poco.

  1. ¿Podrías contarnos un poco sobre los lugares en los que has trabajado?

Mi primer trabajo lo obtuve aun estando en la universidad, gracias al contacto de una maestra, trabajé con el Arquitecto Amado Palazuelos en Obregón, Sonora, construyendo locales del restaurante Bambú en esa ciudad. Después de esta oportunidad, formé parte del equipo de una empresa de construcción llamada Proseco.

Un año después participé en un proyecto con una empresa llamada Dinámica, en Guadalajara. El proyecto consistía en algo muy parecido a lo que se hace aquí en los campos con la gente migrante.

Una vez que nació mi primer hijo me regresé a Culiacán y fue cuando apoye a Agrícola Belher Belher con el proyecto de inocuidad. Seis meses después me contrataron en Coppel y estuve construyendo tiendas en diferentes ciudades: Puebla, Michoacán, etc.

  1. ¿Actualmente a que te dedicas?

Soy Gerente de Colados Culiacán, la empresa realmente se dedica a todo lo que es colados de pavimentos, losas, etc.

  1. ¿Tú piensas que tu vida hubiera sido igual si te hubieras quedado en Oaxaca?

No, totalmente no. Allá probablemente no hubiera estudiado y me hubiera alistado en el ejercito naval o me hubiera acomodado en Petróleos Mexicanos (PEMEX), que es lo que hace la gente que se queda allá.

Puedo decir que aún no logro todo lo que tengo pensado, actualmente me estoy asociando con unos amigos y estamos organizando un negocio de tabla roca. Esa es mi meta, tener una empresa propia consolidada y sobre todo inculcar buenos valores y cosas buenas a mis hijos.

  1. ¿Algo más que desees agregar?

Quiero agradecer por haberme tomado en cuanta y ojala que por parte de su asociación se pueda apoyar a más niños.

Ahora me sorprende como hay camiones que llevan a muchos niños a estudiar, cuando antes solo éramos tres. Se ve como hay mucho apoyo, desde becas hasta programas que apoyan con 3-5 mil pesos a las familias de jornaleros.