México adopta medidas para prevenir la propagación del virus del tomate

Las autoridades agrícolas de México han establecido una serie de acciones para evitar que el llamado virus rugoso del tomate se propague en el país.

El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (Senasica), una agencia La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), estableció diversas medidas fitosanitarias, como la restricción de la importación de semillas con fines experimentales y de investigación, así como la modificación de 233 tipos de combinaciones y requisitos para la importación de semillas, plantas, plántulas y esquejes de tomates, chile y berenjena.

El virus se conoce como Tomato Brown Rugose Fruit Virus (ToBRFV). Los primeros casos en México se detectaron en 2018 en tomates de la variedad saladette. Puede causar rugosidad en la fruta, secar algunas de sus partes y hacer que las hojas y el tallo tengan un color amarillo.

En México, está presente en 20 estados y afecta principalmente a los cultivos de tomate y chile en cultivos de cielo abierto e invernaderos.

Esta plaga se caracteriza por el desarrollo de un moteado ligero a severo de las hojas, con un aspecto estrecho ocasional. Los frutos también presentan síntomas de coloración café y manchas amarillas.

El virus del tomate rugoso café es un tobamovirus que se transmite mecánicamente a través de las manos de los trabajadores, la ropa, las herramientas y la estructura del invernadero, así como las máquinas de trabajo, como los tractores en los cultivos de campo abierto. Este tipo de virus puede permanecer infectivo en semillas, restos de plantas y suelos contaminados durante meses y años.

Para evitar su propagación, Senasica ha capacitado a técnicos y productores en los estados de Baja California, Guanajuato, Sonora y el Estado de México. Y están realizando capacitaciones en Sinaloa, uno de los principales productores, y en Querétaro.

Las medidas de prevención son la principal herramienta para evitar la infección, por lo que Senasica sugiere cuidar los procesos para prevenir la contaminación directa, usar semillas certificadas y aumentar las medidas de bioseguridad en las unidades de producción.

“Si los productores detectan una planta con síntomas, sugerimos que la saquen desde la raíz para evitar el contacto con las otras plantas, la depositen en una bolsa de plástico y la quemen. Otra medida recomendada es restringir la entrada de personal a áreas con detecciones positivas,” recomendó Senasica en un comunicado.

Según el Atlas Agroalimentario del año 2018, México es el décimo productor mundial de tomates, con una producción de aproximadamente 3.5 millones de toneladas por año. El 70% del tomate nacional se produce bajo esquemas de agricultura protegida y entre los principales estados productores se encuentran: Sinaloa, San Luis Potosí, Michoacán, Jalisco y Zacatecas.

No solo es el vegetal más importante para los mexicanos, sino que a lo largo de los años su precio al consumidor ha sido un componente importante del índice de inflación.

Fuente: www.freshplaza.com